Un elemento fundamental para el rastreo de la evolución de la pandemia de coronavirus es la aplicación de pruebas diagnósticas en la población, asegura la Oficina en México del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Según el Informe Desarrollo Humano y COVID-19 en México, el último promedio reportado para nuestro país es de 65 pruebas por millón de habitantes.
Ello significa un ligero incremento respecto a las efectuadas en los primeros meses, pero muy por debajo del promedio de 305 reportado para América Latina y el Caribe y de las 769 pruebas, en promedio, realizadas en un conjunto de 89 naciones.
FALSA IMPRESIÓN DE SEGURIDAD
Cita el organismo que la Universidad de Oxford alerta que los países que no se realizan suficientes pruebas para controlar el brote, el número real de infecciones es mucho mayor que el número de casos confirmados, por lo que no habrá un verdadero control del nuevo virus.
Ello, además, puede generar una falsa impresión de seguridad y en consecuencia, los habitantes relajen las medidas de protección y/o de distanciamiento social.
PNUD critica que, adicionalmente a la dificultad en la transición a un nuevo sistema de salud universal, México atraviesa por un serio problema de desabasto de medicamentos.
Además, añade, el sector salud mexicano tiene uno de los presupuestos más bajos entre los miembros de la OCDE: Ocupa el tercer lugar con menor gasto corriente en salud como proporción del PIB y el último lugar en el gasto per cápita, tomando en cuenta la paridad del poder adquisitivo entre las naciones.